martes, 29 de abril de 2008

Ustedes son formidables!

A veces puede dar la sensación de que sólo nos acordamos de vosotros, los oyentes, el día que se conoce el resultado del Estudio General de Medios... pero no es cierto. En realidad, os tenemos en mente todos y cada uno de los días del año, precisamente, hasta que sale el EGM. Sólo entonces, cuando vemos que las cifras son buenas, nos relajamos, descorchamos el champán, fundimos todo el superávit trimestral de la emisora en una bacanal de sexo, droga y rocanrol y, cuando despertamos de la resaca (tres o cuatro días después, durante los que hemos dejado grabada toda la programación, incluido esto que escucháis...) volvemos a pensar en si los oyentes querrán seguir siéndonos fieles para, dentro de tres meses, corrernos otra juerga a vuestra salud...

Bien, todo lo que acabo de decir (desgraciadamente) era mentira... excepto una cosa: la de que puede que no nos acordemos demasiado de deciros lo agradecidos que os estamos. Yo todavía me maravillo de que algunos de vosotros decidáis (porque sí, porque os apetece) compartir un ratito con nosotros cada tarde... ya sé que es gratis y que se pueden hacer otras cosas mientras nos escucháis, pero no creáis que eso os quita el más mínimo mérito.

Gracias, de verdad... Ah! y ya sabéis... si os llaman del EGM, no os olvidéis de decir que sois oyentes de la SER y de zonaNUEVA...

(Yo, por si las moscas, voy a ir poniendo el champán a enfriar...).

Portada del martes 29 de abril.

jueves, 17 de abril de 2008

Isabel


Alguna vez que otra (me consta) los periodistas hemos resultado útiles para la sociedad, pero lo más habitual es que seamos lo peor para nosotros mismos. Convertimos en noticia y contamos a bombo y platillo casos que -cuando tienen como protagonista o como víctima a alguien del gremio- se suelen quedar, en el mejor de los casos, en un agrio comentario en los pasillos entre rueda de prensa y rueda de prensa... Va a ser por eso lo de canallesca...

Si lo que le ha sucedido a Isabel Quintairos, compañera de la Cadena Cope en Santiago a la que (no lo digo yo: lo dice una sentencia judicial) han despedido en dos ocasiones por homosexual y nacionalista, le ocurre (por decir algo) a una directora de banco o a una cajera de un gran almacén, estamos parando máquinas y dedicándole informativos monográficos.
Tal vez sea por esa máxima según la que el periodista nunca tiene que ser la noticia o igual es que no deja de darnos algo de reparo meternos con otra emisora a la que (desde la cultura popular hasta el Follonero) se divierten imaginando siempre enfrentada en una guerra más o menos abierta con ésta que estáis escuchando ("Ya están otra vez la SER y la Cope...").

Hoy, la edición gallega de El País publica el caso de Isabel... y ella misma acaba de hablar con Gemma hace poco más de una hora. Parece que, poco a poco, lo nuestro también importa. Lo que nos pasa cuando se cierran los micrófonos y se apagan los ordenadores porque, como el Neng, en el fondo somos personas.

A mí no me gusta hacer apología de una profesión que no pasa por sus mejores momentos... entre otras cosas, porque tiende a prescindir de las personas con ideas claras y valor suficiente como para defenderlas hasta el final. Yo, que he trabajado con ella, sé que Isabel tiene las dos cosas. Y entiendo que esté hasta los ovarios de tener que explicar qué hace una roja en la Cope.

Un besazo, Quintairos... y a ver cuándo vuelves a ponérnoslo difícil desde la competencia.


Portada del jueves 17 de abril.

martes, 8 de abril de 2008

Superpoderes


Tengo un talento que nadie más posee (al menos en un grado tan desarrollado como el mío): la capacidad de elegir siempre -pero siempre es siempre- la cola más lenta. Da lo mismo dónde sea: en la caja del super, en la taquilla del cine, en el peaje... es igual. Escoja la que escoja, las otras filas siempre se moverán más deprisa.. Y no es una percepción subjetiva, no: lo sé porque siempre tomo un elemento de referencia. Por ejemplo, el tipo ése de los pelos de punta que llegó a la caja al mismo tiempo que yo ya está pagando mientras, dos puestos delante de mí, ésa encantadora viejecita no deja de rebuscar en su enorme cartera la moneda que le falta para obtener el importe exacto... O en la autopista: ése que sale cantando rueda es el makoi tuneado que hace un rato descubrí por el retrovisor... Mira, ya no se ve... lo tapa el camión que aún está pagando.
No hace falta ser Iker Jiménez para darse cuenta de que esto no es simple mala suerte o intuición. No: esto es todo un superpoder, como el de volar o el de leer la mente, pero con muchas menos aplicaciones prácticas. No sé si podré sacarle más provecho a otro talento que he desarrollado (también sin querer): soy total y absolutamente invisible para los camareros.. Puedo permanecer durante horas en una barra o en una mesa sin que me pregunten si quiero tomar algo. Seguro que, si le doy vueltas, acabo encontrándole alguna utilidad...

Portada del martes 8 de abril.