Yo creo que cuando vas a ver una peli, lo mejor es que te digan que es mala. Porque si todo el mundo te la pone por las nubes y a ti va y no te gusta, te llevas un chasco... O peor: te das cuenta de que igual, si no hubieses llegado con las expectativas por las nubes, hasta tampoco te hubiese parecido tan chunga. Pero claro, es que te gastas tus 6 euros en la entrada, otro tanto en las palomitas y el refresco, te repantigas en la butaca esperando a que se apague la luz para asistir a una obra maestra... y claro, cuando acaba, o te vuelve loco o te quedas fatal: no hay término medio. Por eso es mucho mejor que todo el mundo te diga que es un petardo de película. Porque luego vas (otro motivo sería tener que aclarar por qué vas cuando te han dicho que no hay por donde cogerla, pero al caso...) vas, te mola un poquito... y sales de un contento!
A mí me pasó con Diamante de Sangre: entré esperando un bodrio y luego tampoco era para tanto. Hay un momento en el que la periodista gringa dice aquello del campo de refugiados con un millón de personas dentro, todo un país reducido a la mendicidad y que igual los informativos le dedicaban "un minuto entre los deportes y el tiempo".
Me acordé esta mañana, cuando me di cuenta del tiempo que invirtieron en contar que Penélope no pudo llevar el modelito que le habían diseñado expresamente para los Oscar por no sé qué problema con la cremallera. Quienes hablaban eran los mismos que habían dicho que la de DiCaprio era una peli frívola...
Portada del lunes 26 de febrero.
2 comentarios:
Efectivamente, este blog -de momento- é cáseque familiar, porque aínda non sabe del moita xente, pero estou certo de que se seguimos a falar de tetas, vai ter máis visitas que o Pórtico da Gloria.
O de apostatar, cando queiras.
Bicos.
Agora é cando se dí iso de poucos pero selectos (aunque para o share non conte moito). En canto ao post, pois totalmente dacordo.
Publicar un comentario