lunes, 22 de enero de 2007

Portada del 19 de enero


Está claro que los dedos del bipartito peligran. Primero fue aquella historia del vicepresidente y la puerta del garaje que se atrancó, y ahora, el presidente, que ayer por la noche sufrió una pequeña fractura del quinto metacarpiano de la mano derecha, producida -dice la Secretaría Xeral de Comunicación- por "un leve traumatismo casual debido a un golpe accidental". Esta mañana lo han escayolado en el Hospital Clínico. Y claro, como aquí en la radio somos todos de letras, surge la típica duda: exactamente, ¿qué se habrá roto el presidente? ¿el meñique? ¿el pulgar? Menos mal que siempre hay un listo que recurre al oráculo de Google. Si escribimos eso, "quinto metacarpiano" y damos a "Voy a tener suerte"... no, no os preocupéis: no sale Acebes, sino una página de pelota vasca sobre las llamadas “Lesiones de la frustración”: lesiones que sufren "aquellos pelotaris que entran a vestuarios derrotados o frustrados". "Se observa -dice textualmente- que cuanto menor es la diferencia en el marcador, más se acusa este sentimiento de impotencia que induce en ocasiones al pelotari a adquirir un comportamiento infantil y a sufrir una especie de rabietas que le llevan a golpear objetos y mobiliario de las instalaciones deportivas". Puertas y taquillas son los "principales objetivos" de los puños del presidente… digo… del pelotari derrotado. "Ante este tipo de lesiones", insiste el tratado "la actitud más inteligente es la prevención. Los pelotaris profesionales deben comprender que sus manos son una herramienta de trabajo y que por cometer una irresponsabilidad de este tipo pueden sufrir consecuencias poco deseables así como decepcionar a sus seguidores al privarles durante un tiempo de su presencia en el frontón". La conclusión del texto es clara: Estas lesiones son totalmente evitables. Así que ya sabe: descanse un poquito… señor pelotari.

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